En mis largos años de convivencia con el VIH, nunca he puesto a nadie en peligro, no se lo he transmitido a nadie. Siempre he sido muy consecuente con lo que me había tocado a mí: nadie debía pagar por ello. Me cuido lo que puedo, he tenido alguna enfermedad oportunista, pero doy gracias a Dios porque sigo aquí tal como estoy.
Conozco vuestra revista [LO+POSITIVO] desde hace muchos años. Estuve suscrito a ella en tiempos mejores económicamente hablando. Hoy vivo de milagro, ¡pero vivo!
Fuerza y lucha para todos. Besos.