Desde que inicié mi tratamiento (en el año 2018) siento que mis habilidades y mi estado de ánimo han ido en decadencia. Siento que mi médico tratante no ha sabido escucharme ya que desde un principio me dio una terapia y desde un principio me quejé de los efectos adversos que esta conllevaba y de igual manera me la recetó sin cambios hasta la fecha. Mis súplicas en cada control cada 6 meses nunca tuvieron oídas.
Ahora estoy con osteopenia, con anhedonia, un poco de pérdida de memoria y dolores musculares debido a los efectos a la combinación antirretroviral que me dio. Siento demasiada rabia por la desidia de mi médico tratante.
Escribo esto como una manera de desahogo, ya que mis palabras y síntomas al parecer nunca serán estimados por este. Y continuaré con el mismo tratamiento hasta que quede obsoleto.