Pero al ir a recoger los resultados de mis pruebas, me dieron la noticia [tenía el VIH]. Esperé por 2 horas a que me dieran los resultados. Fueron las más largas y tristes horas, debido a que los demás que estaban esperando para ver al doctor me contaban la vida y cómo había que cuidarse.
Al darme la noticia [de que tenía el VIH] simplemente dije gracias y respondí algunas preguntas que me hicieron. Desde ese momento mi vida personal, escolar y sexual ha decaído bastante, a tal grado que inclusive ha dejado de importarme nada.
Pensaba en cómo podría conseguir los medicamentos. Tomé la decisión de no contárselo a nadie. Relativamente a veces tengo muchas ganas de soltarlo, pero no puedo. Mi familia me odiará por tener la enfermedad, por mi sexualidad que rechazan. Sería un motivo más para dejarme sin apoyo, ahora sí, de manera definitiva.
Sinceramente hasta el momento he podido conseguir mi medicación gracias al seguro de mi madre, pero pronto terminaré de estudiar y realmente no sé qué haré, pues si dejo [el tratamiento] un gran tiempo, puedo empeorar.
Realmente es duro esto, en ocasiones me culpo de todo, finjo estar bien, pero cada día es un sufrir, al llegar la noche y recordar de tomar mi medicación [antirretroviral]. Debido a la COVID-19 he tenido que batallar para que me atendieran. Es tan triste esta situación… Espero que a nadie más le suceda, es un mal que no le deseo ni a mi peor enemigo.