Desde que ocurrió mi diagnóstico (después de un accidente laboral) me logré casar y tener hijos. Tanto ellos como mi esposa son saludables. Estudie medicina para ayudar a aquellos que pasan por las aguas más tormentosas de la vida.
Quiero decirles que nunca he estado hospitalizado y los resultados de mis exámenes generales son normales gracias a una buena alimentación, a que realizo atletismo y vivo feliz al servicio de Dios, mi familia y mis prójimos.
Solo recuerdo con 38 años de vida que mi condición de vida se mantiene estable con una dosis de medicamento por las noches. Si yo he podido tú también.
Ten fe, pronto tendremos mejores condiciones de tratamientos.