Tengo 21 años y soy hijo único. Mi padre y mi madre siempre están conmigo y los amo más que a nada en el mundo. Salgo de fiesta en ocasiones, sí. Solo he tenido una pareja, pero me encontré en una situación de alto riesgo…
Siempre pienso que si tengo VIH, voy a luchar contra ello y que lo haré por mis padres. Me hago el fuerte… pero después me entra terror solo de pensarlo. Estoy a punto de acabar mi carrera y tengo muchos planes de futuro. Me gusta ayudar a la gente y siempre pensé que, algún día, iba a ayudar a muchas personas, pero ahora ya no sé que hacer.
He cometido errores, como todos, y no he sido el mejor hijo. Me arrepiento de eso y pido perdón. Estaba enderezando mi situación y planeaba echarle ganas a las cosas. Ahora, solo pienso que estoy enfermo. Trato de hacer ejercicio y comer sano por si tengo VIH, para al menos soportar los tratamientos. Para que mis papás no me vean mal, trato de dejar de fumar, pues me esta haciendo mucho daño. Me da miedo tener otras enfermedades y sufrir complicaciones, por eso, lucho por mejorar mi salud.
Solamente pido tener fuerzas para luchar y seguir. Si tengo el VIH, sé que no me voy a suicidar. Sé que si tengo que sufrir, lo resistiré, y aunque ya no pueda más, no sé como lo voy a hacer pero no me voy a dar por vencido.
Temo lo que pase por amor a mis padres. Odio la idea de pensar que lo tengo, pero me está enseñando a valorar la vida como no apreciaba hasta ahora. Solo quiero disfrutar de los momentos con mi madre y mi padre. Son dos ángeles, muy con su manera de ser cada uno, pero son los mejores. No sé por qué les tocó alguien como yo de hijo. Antes no lo sabía apreciar tanto, pero por ellos voy a luchar contra la propia muerte, por disfrutarlos más tiempo y no hacerlos sufrir más
Perdón por mi historia tan larga, pero quería desahogarme. Les deseo lo mejor, amigos. Esta enfermedad no debe vencernos, no hay que permitírselo.
Si puedo, voy a dedicarme a ayudar a gente que lo necesite, como tenía planeado, y a hacer las grandes cosas que quería realizar.
Si quieren hablar con alguien, aquí estoy, a su servicio.
Gracias por leer mi testimonio. Les deseo una vida próspera y feliz. Nunca renuncien a luchar contra este terrible mal.
Que Dios los proteja y bendiga.