Siempre he sido una persona muy tímida y me cuesta mucho hacer amigos; de hecho, sólo tengo conocidos, no amigos de verdad.
Todo empezó cuando tenía 20 años; debido a mi timidez y dificultad para relacionarme con la gente, sobre todo con mujeres, empecé a frecuentar el ambiente de la prostitución. Sólo me relacionaba con prostitutas, hasta que a los 25 años me di cuenta de lo que estaba haciendo y me arrepentí, pero ya era demasiado tarde.
Con 26 años, conocí a la que es mi actual pareja, y a la que debo todo. Me diagnosticaron el VIH al poco de empezar mi relación con ella, y aun así siempre estuvo a mi lado y me apoyó en todo.
Muchas veces, pienso qué hubiera pasado si mi personalidad fuera otra y no me hubiera ido nunca con prostitutas. Aunque, dentro de lo malo, no me puedo quejar: económicamente me va bien, tengo un buen trabajo, y lo más importante, una novia y una madre que me apoyan.
A veces, tengo fuertes ataques de ansiedad y me encuentro decaído, pero intento seguir adelante.