Al día siguiente me realicé los análisis con mucha angustia. Fueron las horas más largas por las que he tenido que pasar.
La tarde de ese mismo día recibí una llamada del centro médico en la que me avisaban de que ya estaban listos mis análisis y que podía pasar a recogerlos al día siguiente. No sé si fue por paranoia mía, pero noté en la voz de la enfermera que era algo urgente y una vez que colgué y acordé la cita me quedé un poco preocupado.
Al día siguiente llegué al centro de salud y me pasaron superrápido a donde la doctora que atendía mi caso. Una vez entré al consultorio ella fue muy directa conmigo y me dio los resultados positivos para VIH y sífilis.
Algo se derrumbó dentro de mí ese día. Es una sensación que nunca olvidaré. Mi corta vida pasó por mis ojos y en un instante pensé en qué sería de mi futuro y empecé a tener por mi salud. Bueno, aún temo por mi salud.
Me practicaron el examen de confirmación Western blot y aún estoy a la espera de los resultados y ya estoy en tratamiento con antibióticos intramusculares para combatir la sífilis.
Mi familia aún no sabe sobre esto, tengo miedo de contárselo. Sin embargo, me siento fuerte y ¡sé que estaré bien! Aunque a veces tenga miedo.