Testimonio: Saber o no saber

Aitor

Suena fuerte, ¿no?, ¡prostituta!; parece que eso está mal, pero infectarse por una relación ¿normal? o por transfusión de sangre suena más bonito. ¡Pero es lo que hay! Siempre he sido tímido con las mujeres y la forma más fácil de realizar el acto sexual para mí es con una prostituta.

Se podría llamar también cobardía,  miedo al rechazo de una mujer, enamorarse perdidamente de una mujer y que luego te abandone. Supongo que se llama madurar, no lo sé, quizás nos pase a todos un poco, no lo sé. El caso es que temo que soy seropositivo y quiero hacerme las pruebas, pero me da mucho miedo que me digan que lo soy. Toda mi vida siempre he elegido quedarme con  la duda antes de escuchar algo que no me gusta, pero me parece que es el momento de cambiar, no lo sé.

Me he informado y un análisis precoz puede hacer que la enfermedad se convierta casi en crónica con todos los medicamentos que hay y, por esa parte, me apetece hacerme los análisis. Pero de lo que no estoy seguro es que si sale positivo pueda superarlo psicológicamente, ya que en el momento que me digan que tengo VIH, ya nunca jamás en la vida me van a decir lo contrario y no estoy acostumbrado a aceptar esa opción. Siempre he elegido no escucharla y dejar pasar el tiempo, que soluciona muchos problemas.

Desde hace un tiempo todos los días pienso que soy seropositivo y actúo como tal, quiero decir, la maquinilla de afeitar la guardo para que nadie la utilice, por si acaso el cepillo de dientes también; cuando me hago cortes, enseguida me curo la herida, la tapo y limpio con lejía la zona donde haya podido haber contacto con mi sangre. Y justo ahora, para una relación que mantengo y que me estoy enamorando de una chica -algo que para mí es la hostia- me pasa esto. Nos lo pasamos guay, pero cuando se puede terciar algo que yo intuya que pueda haber sexo, ya me pongo vacilón y me enfado para que así no lo haya, ya que me veo incapaz de hacerlo sospechando que soy seropositivo y no soportaría un cargo de conciencia tal.

Como os digo, menos por el medicamento, yo ya vivo como si fuera un seropositivo, con la diferencia de que sin saberlo a ciencia cierta, me queda el consuelo, cuando estoy echo polvo, de pensar que quizás no. A mí nadie me ha dicho que lo tengo, entonces eso me levanta de nuevo. ¡Y así, así es mi vida! No sé, quizás no me entendáis pero es lo que hay. Espero un día de éstos tener dos cojones y presentarme para hacerme los análisis y luego a superarlo  psicológicamente. Eso sí, lo que tengo claro es que no pienso decírselo a nadie. Mi vida es mía y sólo mía. ¡Bastante tiene cada un@ con sus problemas como para que vaya yo a meterles otro más!

Bueno chic@s, espero que algún día me atreva y a ver si todo sale bien.

Gracias por leer las palabras de un tío cobarde, pero consciente de lo que debe hacer.

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