En muchas ocasiones en que iba sentado en un autobús o en el carro de algún amigo o caminando, me había dado un dolor punzante en el corazón que me quitaba hasta la respiración y tardaba varios minutos en reponerme. Se lo contaba al médico y él solo me respondía que era por fumar, a pesar de que solo fumaba 10 cigarros al día o menos.
Una vez, estando en mi casa viendo un programa de televisión me dio un dolor en el pecho muy fuerte y traumático, hasta se me agarrotó el brazo izquierdo. No me parecía que pudiese ser un infarto y estuve así más de una hora hasta que me empecé a poner azul y mi madre llamó a una ambulancia. Efectivamente, se trataba de un infarto. Sobreviví de milagro, me hicieron un cateterismo y me salvaron. Luego estuve en terapia intensiva durante 12 días porque se me formó un coágulo enorme dentro del corazón y había que disolverlo por el elevado peligro que representaba.
A raíz de todo esto, quedé con parte del músculo cardiaco lesionado de por vida. Después de esto sí que me prescribieron un fármaco para bajar el colesterol, además de otros tratamientos cardiacos.
Creo que si me hubiesen dado tratamiento para el colesterol en su momento, con todas las señales que mostraba, además de los resultados de los análisis, no hubiese pasado por esta traumática experiencia.
Me dirijo a todas aquellas persona que toman tratamientos que puedan subir el colesterol que tengan especial cuidado, ya que podría ocurrirles lo mismo que a mí.
Gracias por esta oportunidad de compartir mi experiencia y espero que les sea útil.