De inmediato, cambié mis hábitos: no tomé más alcohol, empecé a acostarme temprano –salvo hoy–, a alimentarme sano y a cumplir con gran responsabilidad los horarios de las tomas de las pastillas de mi terapia (efavirenz, lamivudina y zidovudina).
Cuando empecé el tratamiento tenía 190 CD4. La semana pasada -casi dos años después-, me entregaron los resultados de los últimos análisis: tengo 678 CD4 y carga viral indetectable en sangre. Cambié el "porqué" por el "para qué".
Sé que los últimos estudios realizados demostraron que el virus se esconde en las partes blandas de las células y ya están probando un nuevo tratamiento en EE UU para llegar a esa zona. ¡Se está hablando de cura definitiva! Tengan responsabilidad y fe. ¡Esto se va a curar antes de lo que imaginamos!
Responsabilidad y fortaleza son las bases para salir adelante.
Se puede, hay que quererse mucho.
Un gran abrazo a todos.