Estaba triste, hasta tal punto que sentía la necesidad de hablarlo. Confíe en dos personas a las que consideraba mis mejores amigos. Por aquella época salía de marcha por lugares de ambiente y dio la casualidad que comenzaron los comentarios, el rechazo y el desprecio. "No te juntes con ese que tiene VIH", decían. Incluso a día de hoy hablan.
Yo no he podido quitarme la culpa de encima por pensar que no soy como los demás, que no valgo para nada. A día de hoy estoy solo, mi autoestima esta por los suelos, supongo por el miedo al rechazo. Se me hace difícil crear un grupo de amigos y conocer a gente nueva me corto mucho.
Quiero quitarme estos lastres de encima y poder superar ese listón que me obstaculiza para ser feliz.