Vivo en Caracas (Venezuela) con mi pareja de hace dos años. Todo comenzó cuando un golpe en un testículo hizo que fuera al médico a revisarme. El médico me diagnosticó un varicocele y me recomendó una operación, pero antes me tuve que hacer los exámenes de rutina y, como todo en Venezuela está complicado, tardé como un mes en realizarme las pruebas que, gracias al cielo, salieron negativas para VIH, sífilis (VDRL)y hepatitis.
Además del problema antes mencionado, me empezó a picar la parte perianal y vi que tenía una especie de lunares marrones y fui a que me revisaran. Nunca me dieron un diagnóstico certero, pero me trataron las afecciones y mejoré. Cabe destacar que mi pareja también las tenía, pero no se había dado cuenta. Me pidieron que me hiciera pruebas, las cuales me realicé junto a mi pareja y salieron negativas para VIH, sífilis (VDRL) y hepatitis. Me quedé tranquilo, ya que había leído que quizá el VPH [papilomavirus] estuvo en mi cuerpo mucho tiempo atrás, pero que ahora se estaba manifestando. Entonces, me volví a enfocar en el problema del testículo y fue cuando me mandaron repetir pruebas porque las que tenía ya estaban caducadas. Y bueno, acudí al laboratorio por una prueba del VIH y dio positivo.
Al día siguiente, cuando fui a buscar los resultados a la clínica, la enfermera me dijo que debía volver a tomar la muestra. Ese día estuve muy desconcertado, ya que me preguntaba que cómo algo así pudiese estar pasando, si tenía una pareja estable y mi única situación de riesgo con otra persona había sido un año antes. Fui de inmediato a contárselo a mi pareja para que, en caso de que volviese a salir positivo, él también volviese a hacerse el examen, pero esta vez una ELISA.
A los pocos días, nos hicimos los dos la prueba ELISA. Estuvimos 20 días de larga espera, incrédulos de que eso estuviese pasando. Llegó el día de recibir los resultados y nos llamaron: a mí me salió reactivo y al negativo. Fue un momento muy duro, pero me lo tomé tranquilo y él me apoyó mucho hasta el final. El hecho fue que aún no me lo podía creer y también le daba vueltas a que, aparte de él, yo no había tenido situaciones de riesgo y siempre tomé protección. Si fue un año atrás cuando lo contraje, ¿por qué en todo ese tiempo no se lo transmití a mi pareja?
Lloré mucho ese día, pero en la mente aún todo me parecía raro y más cuando la enfermera me dijo que acá en Venezuela el protocolo ahora era que la prueba ELISA ya era la confirmatoria [para el VIH]. Entonces contacté a una persona de una fundación que me ayudo a enlazar con un infectólogo y me chequearon y, con eso, él aprobó el retiro de mi tratamiento de inmediato. A ese punto aún no lo podía creer, ya que todo había sido tan rápido.
Hoy, después de 4 días entre el resultado y el retiro de pastillas, me encuentro aún con la duda sobre el virus en mi cuerpo. Quiero hacerme el Western blot pero en mi país no hay. Lo más cercano a eso es la PCR, pero es muy costosa y me encuentro reuniendo el dinero.
Ahora pido opiniones: ¿Está bien el proceso de que con una prueba rápida y una ELISA ya esté diagnosticado al virus? ¿Fue correcto que el médico me hubiera aprobado un tratamiento sin exámenes previos, solo con los serológicos? ¿Pueden otras enfermedades estar arrojando positivo para el VIH en las pruebas? Todo lo he afrontado con calma y agradecido de que el proceso haya sido tan rápido. A dos días de mi diagnóstico con la prueba ELISA ya tengo el tratamiento en mis manos, pero no lo he tomado ya que quiero hacerme la PCR para confirmar. ¿Ustedes que creen, me hago una PCR o ya me resigno y me hago los de carga viral y CD4? ¿Hay gente de Caracas en la misma situación?