La segunda manifestación se me presentó 2 meses después. Tenía mi cara con una irritación horrible y mucho dolor de garganta y también tenía mucha fiebre. Al inicio de este año me pregunté si estaría enfermo.
Fui al médico y le expliqué cada una de las situaciones con mi salud y qué medicamentos usaba. Me respondió que podía ser algo autoinmune y me pidió una prueba del VIH. Me fui al laboratorio y me sentía con mucho miedo. Recuerdo ese día, en la tarde estaba de regreso a casa cuando a mi correo llegaron los resultados. No quería verlo, pero abrí el archivo y vi el resultado: “HIV: POSITIVO”. ¡Wow, fue un momento que no puedo explicar lo mal que se siente! Me dije: “¿Qué he hecho con mi vida?”. A mis 26 años solo quería morirme rápido y no asumir lo que estaba pasando, pero a pesar de esa dura prueba que nos toca, quiero compartir que solo Dios sabe por qué y cuál es el propósito de esto en nuestras vidas.
Actualmente soy indetectable, no es fácil, pero ¡no te rindas! Persigue tus metas y sigue adelante. Cada golpe en la vida nos enseña a ser más fuertes.