Llevo aproximadamente un año de relación con esta persona y jamás su enfermedad ha sido un impedimento para mí. Diría que todo lo contrario, pues me está contagiando un espíritu luchador y ganador.
Mantenemos una relación absolutamente normal, pues tomando precauciones, el riesgo es mínimo, y aunque sea en un porcentaje mínimo, ¿la vida es riesgo, no?
Me comunicó que tenía esta enfermedad después de dos o tres meses de relación, y claro, a esas alturas ya estaba completamente enamorado de ella y no la podía dejar escapar por un estúpido prejuicio.
Con estas palabras quiero demostraros a todos que el amor no tiene barreras, y que los prejuicios, a la larga, sólo perjudican a uno mismo.
Un saludo a todos y nunca perdáis la sonrisa.