Ahora, he leído la historia personal de Miguel y me gustaría poder brindarle un poco de apoyo moral. Quiero decirle que no se sienta solo y que le eche "un par de narices". Hay que salir de esto. Hoy en día, nadie se muere por esta enfermedad; además, él, como tantos miles, ya estamos tomando medicamentos.
Le doy desde aquí muchos ánimos.
No te sientas nunca solo. Di sí a seguir viviendo y sé feliz, nunca decaigas.
Un saludo.