Soy tan cobarde que no me atrevo a realizar la prueba del VIH, pero lo haré. Por otro lado, pienso ¿qué pasará con mis hijos si salgo seropositiva?, ¿quién los va a cuidar?, ¿en cuánto tiempo me voy a morir? Si tuviera VIH intentaría buscar al maldito que me lo transmitió, porque ‘no vale’, no es alguien a quien yo quiera, fue, desgraciadamente, la necesidad de dinero y la falta de trabajo. Dinero que no me va a alcanzar para pagar mi salud.
Deberían demandar judicialmente a estas personas. A los que hoy tienen el virus, sepan que recé mucho a Dios por ustedes y que hoy rezaré por mí también para que el resultado de la prueba dé negativo. Si no tengo VIH, daré gracias al Señor.
Lo mejor es el celibato, ser responsable, valorar lo que se tiene, luchar con los que hoy padecen VIH y hacer todo lo que se pueda por ellos y por los que no están infectados.
Que Dios los bendiga.