Unos de mis sueños desde niño fue jugar ‘bolas criollas’ un deporte no tan popular en mi país como el futbol, pero quiero que sepan que todos los sueños son válidos y más ahora que padeces una enfermedad que aún no tiene cura.
El hecho, chic@s, es que mi equipo es totalmente gay. Por primera vez en mi pueblo o quizás en Venezuela haya un equipo gay jugando en contra de heteros. La verdad es que me agrada mucho ir y jugar, unas veces ganamos y otras perdemos. Estamos luchando para entrar a semifinales.
Lo que quiero contar es que me he sentido muy feliz pero de repente empecé a compararme con mis compañeros que no tienen limitantes a la hora de celebrar las victorias e ingerir bebidas alcohólicas. No quiero decir que me pone triste que no tome, creo que soy ejemplo de una vida sana. Fue el hecho de tener esa limitante y ver que ellos celebran y yo soy el aguafiestas como dicen aquí, que realmente no tengo esa onda que ellos tienen.
Yo voy por la vida como un Karate Kid y que cosas como esas me apaguen y me dije que de eso se trata la vida, de marcar una diferencia y si me tocó ser el diferente, el objetivo de mi historia es que si te pasa algo así busca siempre el lado positivo, la razón, el consuelo.
No te hagas la vida cuesta arriba. Luchemos y agradezcamos siempre a Dios.