Hace tres meses diagnosticaron el VIH a mi marido, el tiene 29 años, llevaba desde agosto del año pasado con hongos y molestias en la boca pero al medico de cabecera solo se le ocurrió durante todo este tiempo darle micostatin.
Siento rabia al pensar, que ni a este medico ni al dermatólogo al que va desde hace casi 5 años se les ocurriera hacerle la prueba del VIH, ahora sabemos que todas esas molestias son causa del VIH, que según los internistas del hospital al que acude, tiene en su cuerpo al menos desde hace siete u ocho años.
Cuando nos dijeron que era positivo, yo tenia la esperanza de que se hubiese contagiado hace poco, por aquello de que cuanto más pronto se detecte mejor, pero no sé cómo podría uno enterarse si los médicos que son a quienes confía uno su salud no tienen en cuenta esta prueba como una más en las analíticas que tantas veces hacen.
Resultó que tiene una carga viral altísima y los CD4 por debajo de 60. Empezó el tratamiento con antirretrovirales y a los 12 días tuvo decaimiento general, con fiebres altas, acudimos al medico en 2 ocasiones y lo que hicieron fue llenarlo de mas antibióticos por si era una laringitis o un catarro. A los 3 días de tomarlos tuvo vómitos y empeoro, acudimos a urgencias, lo ingresaron y lleva 16 días allí.
Mejoró de las fiebres hace algunos días pero sigue débil, amarillo, han dicho al inicio del ingreso que su sistema inmunitario esta muy dañado, que podría tener tuberculosis o un linfoma, de momento saben que no tiene tuberculosis, le han hecho una biopsia hepática hace unos días y tiene pendiente una broncoscopia y otra RX de tórax.
Como la fiebre pasó, dicen que a lo mejor fue una reacción por la medicación, yo no sé que pensar, en medio de tanta angustia solo quiero que esté bien y que viva muchos años por el y por nuestras hijas. Tenemos 3 hijas de 12 y 4 años y una de 4 meses, jamás pensé que esto podría pasarnos…
Yo le amo con toda mi alma y lucharé a su lado contra esta enfermedad porque él merece vivir y sus niñas le necesitan. Es un hombre maravilloso, buen padre, buen marido y buen hijo, tenemos un hogar precioso, una vida serena y tranquila, no imagino mi vida sin él.
Siento mucho miedo al pensar que pueda faltarme, llevamos 9 años juntos y hemos estado juntos todo el tiempo sólo nos hemos separado dos meses el año pasado por un viaje que hice, no quiero estar sin él. Esta es una experiencia muy dura y yo me fortalezco con la sonrisa de mis niñas y mi fe en Dios, la confianza en que él es un hombre fuerte y saldrá de esto, y le cuidare con amor y esmero para que viva y vea crecer a nuestras hijas.
Anoche empezó de nuevo el tratamiento, le cambiaron la medicación, no sé sabe exactamente su diagnostico, pero confiamos en que los médicos tengan razón y la próxima semana al terminar los exámenes pendientes se confirme que fue una reacción por la medicación y nada mas; él es fuerte y se que luchará por vivir y yo siempre estaré a su lado.
Escribo todo esto pues necesito desahogarme, llevamos unos meses muy difíciles, nuestra vida ha tenido que cambiar a la fuerza, sin darnos cuenta y sin poder pensar en que hacer como afrontarlo no he podido ni buscar ayuda psicológica por falta de tiempo y asesoría, los médicos no te guían en este aspecto.
Hay momentos, muchos momentos, en los que mi fuerza flaquea y yo sólo puedo llorar y llorar, no quiero verle mal, no quiero que sufra y no quiero estar sin él, yo le necesito, nuestras hijas le necesitan.
Como veis necesito ayuda, si alguien puede darme una mano lo agradezco, no se a donde acudir, se que la vida sigue y lucharemos juntos, pero sigo teniendo miedo.
Le amo y no quiero que le pase nada malo.
