Hice mal. Lo nuestro duró hasta marzo de 2006. No sé si él me transmitió el VIH o si yo ya lo tenía conmigo pero para los primeros meses de 2006 él ya estaba infectado. Encima yo pensé que no lo tenía y dejé pasar el tiempo hasta que, haciéndome análisis en 2008, me di cuenta de que estaba infectado.
Lo confirmé. Algo me decía que yo seguramente estaba infectado porque me dolía la garganta seguido y me resfriaba o acatarraba bastante. A partir de lo que me pesqué, el único culpable y responsable de mis actos soy yo, siempre lo fui. No quise dañar a nadie jamás ni lo hago ni lo haré. Con la persona con quien no me cuidé hablamos una vez y no nos echamos culpas. Ya está. Lo peor es que esto no se va. Se queda para siempre acompañándonos.
Creo que hay tratamientos eficaces y excelentes infectólogos en el país, pero la solución es cuidarse. Teniendo esto se vive como se puede el día a día. Nadie sabe cuándo pasará algo, ni cuánto quede, ya es algo crónico pero conlleva cuidados.
Qué palabra. Más justa y apropiada no puede ser: “cuidados”. Lo que tiene que hacerse por las personas y por uno mismo para no seguir propagando esta peste.
No queda otra que tomar precauciones. Es tarde para mí pero no para toda persona que está por hacer sexo oral o mantener relaciones sin preservativos, ¡qué gran error todo eso de no cuidarse!