Testimonio: No me siento respaldada por nadie

July

Soy una persona normal, con una pareja estable desde hace ocho años. Nuestra relación siempre ha ido bien, ‘y va bien’, pero hace dos años nos surgió un contratiempo. Mi novio empezó a tener aftas en la boca, acompañadas de una fuerte gripe.

Tras curársela, se realizó una analítica completa, en la cual dio positivo al VIH. En ese instante, se le vino el mundo encima. La falta de conocimiento le hizo creer que moriría pronto. Pero lo que más le atormentaba era que yo tuviese el virus.
 
Pasadas unas semanas, se confirmó su diagnóstico de seropositivo. A mí también me realizaron pruebas varias veces, las cuales dieron todas negativas al VIH.

Mi pareja es una persona normal y no ha estado con otra persona estando conmigo, y yo, pues, estando con él, tampoco he tenido relaciones sexuales con nadie.

En aquel momento, los médicos preguntaron mucho y llegaron a la conclusión de que la vía de transmisión tuvo que ser el dentista, al ser una persona con las defensas bajas ya de antes. Aunque entonces tuve mis dudas y llegué a plantearme muchas cosas, ese no es el problema que me tiene más amargada: Pese a que no se sabe con certeza cómo le llegó el virus, sí se sabe cómo no le llegó. Mi gran preocupación es que esto no se lo he dicho a nadie de mi familia y no veo a ningún miembro de esta preparado para contárselo. Esto crea en mí cierta ansiedad, pues no estoy acostumbrada a ocultar nada.

Sé que si se lo explico a mi familia, me puedo crear un problema y no me va a ayudar en nada. Solo lo saben sus hermanos, una amiga íntima de los dos y una compañera de trabajo. La verdad es que estas personas no las he  elegido yo, y dos de ellas tampoco lo han sabido a través de él, cosa que en su día me molestó bastante. Cuando se recibe una noticia así, es muy difícil controlarse y cometer errores.

Respecto a lo que se pueda especular sobre la enfermedad, en la única persona en quien confió al 100% es la amiga íntima de los dos. Sé que sus hermanos, en un momento dado, me pueden ayudar más que mis propios hermanos, pero no me fío del todo: cuando recibimos la noticia, hubo comentarios que me gustaron y otros que no.

Desde aquel momento, la vida la vemos distinta; hay opiniones y cosas que antes para mí no tenían importancia, y que ahora, sin embargo, me molestan.

Para mí, lo más duro es no sentirme respaldada por nadie, no poder hablar con nadie del tema.

He leído mucho acerca de esta cuestión y he llamado a varios teléfonos de información sobre el VIH. La verdad es que se quedan bastante sorprendidos conmigo; me ven fuerte, pero realmente lo llevo todo por dentro. El convivir con una persona seropositiva hace que conozcas la enfermedad como si fuese de los dos.

En cuanto a nuestra relación de pareja, nos llevamos muy bien, tenemos nuestros problemas, pero somos felices.

No sé si algún día lo dejaremos, pero si rompemos nuestra relación no va a ser por el hecho de que él tenga el virus.

Nunca pensé que llegaría a conocer tanto esta enfermedad. Creo que se deberían hacer campañas contra el estigma que provoca, que es peor que el propio virus.

En lo que se refiere a la vía de transmisión, no tengo miedo: somos una pareja normal, solo debemos tomar más precauciones. Me genera más inconvenientes el no sentirme respaldada por nadie de mi familia y lo que se pueda especular respecto a cómo llegó el virus a mi pareja.
 
Por suerte, mi novio está bien y todavía no necesita tratamiento.

Mucho ánimo y fuerza para todos los que luchan día a día.

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