Mi pareja me dejó por otra persona, pero esa persona lo golpeaba y, la verdad, lo quería matar. Lo envió varias veces al hospital. Mi negocio está a punto de quebrar, vivo solo, ya que tuve que ayudar a mi pareja a que se fuera de la ciudad para poder alejarse de esa persona y seguir con vida.
No tengo ni un peso, soy adicto al cristal y vivo de alquiler, y por mi adicción estoy inconscientemente estafando a muchas personas, empezando por mi familia y mejores amigos. Como dije, mi negocio va de mal en peor, por esta maldita depresión. Tengo tratamiento, pero a veces lo olvido tomar. Mi familia está alejada de mí. Perdí ya la fe, tengo 4 hermosos “perrhijos”, que son lo único en este mundo que me levanta, pero como estoy muy deprimido solo consigo algo para comer y que ellos coman y me tiro a la cama.
Mañana mismo me entregan los exámenes de carga viral. Pido por que salga ya indetectable, pero he perdido toda esperanza. ¿Por qué escribo? Porque me gusta ayudar a las personas, y si narrar mi vida o parte de mi experiencia con depresión y VIH, si mi narración ayuda a que tú, lector, tomes algo de fuerza y sigas adelante, te juro que en mi vida o lo poco que queda podré decir que ayudé a alguien y estaré feliz de que lo hagas.
El vivir con el virus es muy pesado, así que tú, lector, toma conciencia y piensa en que tu no quieres vivir como yo. Anímate, hay unas palabras que en alguna parte escuché y son especialmente para ti: "No importa cómo te sientas, levántate, vístete y asiste".
Ojalá algo de mi historia sirva para cambiar alguna vida. Gracias por leer esto de una persona que perdió todo valor y solo le queda su mente. Gracias con todo mi amor.