Durante este proceso conocí un chico con el que tuve la suficiente confianza como para contarle mi diagnóstico. Como se podrán imaginar no fue algo fácil, pero aun así me arriesgué y fue una de las mejores decisiones que he tomado.
Hasta el momento llevo seis meses junto a él y me ha llegado a demostrar tantas cosas y ha roto con tantas ideas erróneas de muchas personas y de amigos y de mi propia familia. A fin de cuenta también les conté a ellos mi diagnóstico y con ellos la historia sí fue de otra manera, ya que pensaban que iba a morir o que me ocurriría algo peor.
Fui con ellos a mis controles mensuales a que les explicaran bien todo este tema y ya con el tiempo se fueron adaptando a todo, pero pues aún se siente cierta indiferencia por parte de ellos pero pues son cosas con las que tenemos que aprender a vivir cada día y nunca dejarnos vencer por el qué dirán los demás. Siempre tenemos que ir con la frente en alto y orgullosos de lo que somos y que siempre existe una salida para todo y que no todo está perdido.
En tiempos como este es cuando nos damos de verdad cuenta quién en verdad está a nuestro lado para apoyarnos y lograr salir adelante. Así que nunca te sientas mal por lo que pasó. Aceptemos que nos equivocamos en determinado caso y sigamos nuestro tratamiento para tener una vida totalmente normal por así decirlo y recuerda que la vida es bella y siempre tendremos que enfrentarnos a demasiadas cosas.