Jamás pensé llevar una carga de esta manera y menos de la forma en que me enteré. Fui a un simple chequeo como todos los que me hacía anteriormente, y el resultado fue ese.
No busco culpables y no odio a nadie. Si estoy pasando por esto, es mi responsabilidad, la de nadie más. Pero temo al cambio que este tratamiento traiga a mi cuerpo, sus consecuencias a mediano o largo plazo, el saber si alguien querrá estar conmigo nuevamente y tantas cosas que temo ahora. Debo hablar con mi familia y amigos, pero no sé cómo decirlo.
Ahora solo pido a Dios la fortaleza para llevar esto y luchar cada día por mi vida.