Prácticamente estoy solo, pues toda la atención la recibe mi hermana. Tengo 33 años y me cuesta todo. Lo que más me duele es que tengo a tantas mujeres que me quieren conquistar… Necesito un amigo que me entienda. Mi hermano menor hace su vida y yo me siento como en un rincón, nadie me pregunta cómo estoy, no recibo ni una palabra de ánimo, todos están en su mundo.
Tantas cosas ya he vivido… Le pido a Dios que se me lleve de este mundo sin sufrir. Hay días en que ya no puedo más y me pongo a llorar solo. Vivo cada día como si fuera el último. A todos los que están en mi situación les digo que solo nosotros, los que tenemos VIH, sabemos qué se siente.
Gracias por el espacio y Dios les bendiga a todos. Lo que les pido es que, por favor, no transmitan a otras personas el VIH. Tal vez los que nos transmitieron el virus a nosotros lo sabían, o no, pero no caigamos en lo mismo.
Un fuerte abrazo a todos. ¡Les quiero!