Al principio fue difícil ya que pasé una etapa con tuberculosis y varias enfermedades oportunistas, tenía una carga viral muy alta y un recuento de CD4 de 11. En la actualidad, estoy indetectable.
Agradezco a Dios, mi familia y la comunidad científica el poder estar narrando ahora esta historia. A mis 38 años me siento sano y feliz. Trabajo en una empresa. Hay que afianzarse en la vida y aceptar vivir con este padecimiento, tomar los medicamentos al pie de la letra, no fumar, hacer ejercicio, comer de manera sana y, sobre todo, cuidar el estado anímico al cien por cien. Hay que vivir la vida al máximo. Lo más importante es no negarse a ser feliz sexualmente, pero con precaución y cuidando a la pareja.
Lo único que me falta es un compañero con quien compartir la vida, pero eso solo vendrá con el tiempo. Nada está perdido, hasta el último momento hay que tener esperanza. Gracias.