Estaba bien preocupado por la reacción que tendría mi pareja ante esta situación, pensé que al llevar tan poco tiempo de relación saldría corriendo y desaparecería. Fue todo lo contrario, me mostró un apoyo incondicional y sus palabras fueron: "si lo tienes tú, lo tengo yo y no hay nada que hacer, te amo y eso no va a cambiar”. Quedé sorprendido de que una persona con la que llevaba tan poco tiempo de relación me diera esa respuesta. Si la situación hubiese sido al revés hubiese hecho lo mismo porque es una persona maravillosa y siento un gran amor por ella.
Mi pareja se hizo la prueba esta semana y salió negativo. Es muy corto el tiempo para que el virus se manifieste y los dos tenemos conocimiento de eso. A mí me realizaron el Western blot y los resultados estarán listos para finales de este mes (marzo). No me hago esperanzas de que la prueba resulte negativa, ya estoy resignado a vivir con la enfermedad. De tener otra oportunidad y salir negativo, dedicaré lo que me quede de vida a trabajar con personas con VIH y envolverme en la lucha por la prevención de la enfermedad.
De resultar positivo también lo haré. Todo pasa por tener un propósito en la vida. Confío en mi Dios y sé que por alguna razón tengo que pasar por esta prueba. No digo que Dios me envió esta prueba, porque él nos da libre albedrío y nosotros elegimos lo que hacemos con nuestras vidas. Lo que me pasó fue a causa de mis actos y me hago responsable de ellos. Sé que Dios no me abandonará en esta nueva batalla en mi vida.
Un dato curioso que quiero compartir con ustedes es que ante la depresión que sufrí desde mi adolescencia lo único que deseaba todos los días al acostarme era no despertar al otro día (morir) y ahora que conozco mi diagnóstico tengo mas ganas que nunca de vivir y de realizar todos mis sueños y hacer feliz a la persona que amo. En tan poco tiempo tengo tantas ganas de disfrutar de la vida el tiempo que me quede que no me preocupo por nada y mucho menos por lo que digan los demás. Esta experiencia me está haciendo más fuerte de lo que nunca he sido y no tengo miedo alguno de morir, más bien tengo miedo de no vivir a plenitud el tiempo que me quede de vida. Por esta razón, para el mes de abril tengo unas vacaciones bien merecidas de una semana fuera de mi país junto a mi pareja, la persona que amo y que me está brindando un gran apoyo y me hace sentir feliz con su amor.
Mis metas personales y sueños no los va a tronchar el VIH. Ahora tengo más metas y sueños que nunca y la fuerza, tanto interior como exterior, para lograrlos. El mundo solamente se acaba para aquel que se rinde y espera la muerte sumiso. Yo esperaré la muerte brincando y saltando y viviendo mi vida al 101% cada día. Espero que mi historia les dé fuerzas de la misma manera que las historias de otros me dieron aliento y esperanza a mí de este blog. No pienso sobrevivir con el VIH, voy a vivir intensamente hasta que mi alma abandone mi cuerpo y se reúna con dios.