Lo cierto es que me equivoqué. Fue en agosto de 2008, hace apenas ocho meses. Por circunstancias de la vida, fui infiel a mi pareja y, como consecuencia de ello, no sólo contraje el VIH, sino que también lo perdí a él.
Hoy estoy solo y muy arrepentido de lo que hice, pero lucho día a día por ser mejor persona. He madurado muchísimo. Hoy, paradójicamente, busco a alguien fiel y legal. Las vueltas que da la vida.
No es fácil aceptar esta enfermedad, los efectos secundarios de los fármacos para tratarla… pero aprendes a ser mejor persona, más responsable y a valorar cosas que hasta entonces pasaban desapercibidas. Ahora solamente quiero vivir tranquilo y que mi cabeza se relaje para poder disfrutar la vida minuto a minuto.
Es un camino largo y difícil, pero os animo a todos, porque yo cada día soy más feliz.
No debemos juzgarnos, porque nadie está libre de culpa.
Ánimo a todos y disfrutad la vida, ya que sigue y es preciosa.
Un beso a mis hermanos y a mi madre, a quien adoro.