Hasta el día en que me salió un grano muy cerca de mi ano. Pasados unos días empezó a segregar una sustancia similar al pus. Me asusté y hablé con un amigo que pertenece a un programa que realizaba pruebas de ETS y VIH gratis.
Al saber que era gratis accedí a asistir para saber que tenía. Cuando fui a ese lugar me sentía incómodo y preocupado.
Después de haberme realizado pruebas, me notificaron que tenía sífilis y además, el VIH. Al saber eso me preocupe mucho y no sabía qué hacer. Sinceramente me sentí muy triste, pero a la vez tenía una esperanza al saber que tendría que volver 1 mes y medio después para saber si el examen confirmatorio marcaba si realmente tenía el VIH.
En el transcurso del tiempo, conocí a un chico que me atrajo y me hizo sentir bien en comparación a cómo me sentía al respecto de la prueba y eso. Me hacía sentir diferente, me hacía reír y me atraía mucho, pero al igual yo sabía lo que me estaba pasando y tenía miedo.
Cada vez el chico me gustaba más y más, lo mismo era de su parte. No fuimos novios, pero si pensamos en eso y, obvio, también en tener relaciones sexuales pero yo sabía que no podía pasar hasta que me dieran los resultados de la prueba confirmatoria. Cada vez sentía más y más querer por él.
Llego el día en que debía ir a ver mis resultados. Fui y cuando me atendieron me dijeron: "Bueno dame tu número celular para que te pongas en comunicación con un navegador que es el que te orientará para que tengas la próxima cita en el hospital".
No entendía lo que me decía, hasta que le dije: “Pero no entiendo, O sea que… ¿Salió positivo?” La doctora afirmó asintiendo con la cabeza.
Al saber que ya era definitivo que tenía el VIH no sabía qué hacer. Yo, un chico de 18 años que solo estudia, no trabaja, que los padres esperan lo mejor para él, tiene VIH.
Quería salir huyendo de ese lugar y perderme. Fue –y es- un golpe muy duro en mi vida. Siempre me consideré buena persona, ayudaba a los que más necesitan, nunca fui un chico de adicciones, solo fui un chico común y normal.
Muchas cosas daban vueltas en mi cabeza… Mi familia, mis amigos, mi futuro, mis estudios y mis relaciones amorosas. Siempre quise encontrar el amor verdadero y con esta noticia muy fuerte pensaba que nadie iba a querer estar con alguien que tuviera el VIH.
Al saber que ya era definitivo que tenía esta enfermedad, estaba en transición de tener una relación con un muchacho que me gustaba mucho y me hacía sentir muy bien. Él quería que tuviéramos relaciones sexuales y yo también quería pero yo sabía que no podía pasar eso entre él y yo.
Cada vez sentía más y más presión, la universidad, problemas familiares, el chico que me gustaba y el hecho de saber que tenía VIH y tenía que empezar mi tratamiento retroviral. ¿Cómo podía lidiar con tantas cosas en mi cabeza?
Un día el chico que me gustaba o bueno… me gusta, me invitó a su casa y estaba solo. Yo sabía que si iba algo iba a pasar, cuando estuve en su casa nos besamos y la estábamos pasando muy bien, nos tocábamos y se sentía genial y él quería que tuviéramos sexo pero yo no podía dejar que pasara. Lo único que hubo fue sexo oral por parte de los dos.
Sé que hay un riesgo pequeño de transmisión del VIH por sexo oral, por eso trate de que no hubiera intercambio de fluidos ni nada por el estilo.
Después de haber estado con él, pasó una semana y el chico me pedía que tuviéramos sexo y yo le decía que aún no, hasta un domingo de septiembre en la madrugada estábamos hablando y tuve la necesidad de contarle lo que me estaba pasando.
Fue difícil, su reacción, cómo me sentí después… Sabía que las cosas iban a cambiar. Ese mismo domingo no hablamos en todo el día y me sentía mal por eso. Luego en la tarde recibí una llamada de él en la que me dijo que me iba a apoyar y que contara con él, pero como amigo, cosa que me desanimó, pero, ¿qué podía esperar?
Después de eso, él estaba preocupado por tener el VIH también y hoy en día está en espera de hacerse la prueba. Espero que no tenga nada, ya que he leído mucho y me han informado de que el riesgo por sexo oral es bajo. Puede pasar pero algo me dice que él no tiene nada.
Las cosas entre el chico y yo han cambiado, me duele porque aún siento algo por él. Pasamos de hablar siempre a hablar pocas veces, me escribe pero a veces y sinceramente lo extraño y lloro en ocasiones porque sé que al tener VIH será difícil que yo tenga una relación y es por eso que a veces lloro.
Mi historia es un poco triste ya que implica el amor. Solo espero no quedarme solo por mi condición.
Si te ha pasado algo parecido, puedes dejar un comentario. Me gustaría saber qué has hecho para lidiar con una situación así.
Espero poder sentirme mejor cada día y que pueda seguir con la lucha para que cada día me sienta mejor que el anterior.