Siendo muy joven, durante muchos años me aferré a la idea de que no tenía nada, hasta que llegó un momento en que había de tomar tratamiento anti-VIH.
Estaba muy mal, tomaba mucha medicación; me drogué con cocaína para olvidar lo que tenía. Llegar a EE UU fue lo que de verdad me estabilizó, tras cinco años que considero que me costó aceptar lo que realmente me estaba pasando.
Conforme fui a talleres de apoyo, conociendo los medicamentos y lo que en realidad era el VIH, me he ido poniendo contento, como me siento ahora. Tomo mi medicación, ya no me drogo y, de vez en cuando, bebo unas copas –nada más– para alegrarme.
Me siento con muchas ganas de vivir y salir adelante. Sólo me falta mi media naranja y me gustaría que se encontrara en la misma situación que yo, para cuidarnos el uno al otro. Es muy difícil que con una persona seronegativa fuera lo mismo. Bueno, eso es lo que siento y lo que me gustaría vivir.
Así que, si saben de alguien, denle mi dirección de correo electrónico, ¿de acuerdo?
Gracias por dejarme compartir mi breve historia y felicidades por su página; es la primera vez que entro, pero ya voy a entrar más por aquí.
Cuídense. Para cualquier cosa, aquí estoy.
Besos a todos.