Yo empecé a tratarme en el año 2009. Me había infectado en 2000, pero por vergüenza lo deje ahí sin atenderme. Siempre me sentí como si fuera a morir al día siguiente, sin esperanza de futuro.
Cuando empecé mi tratamiento había perdido ya demasiado peso y me quedaba sin cabello. Pero su efecto ha resultado excelente y hasta la fecha estoy indetectable. Logré una carrera universitaria, casa, familia…
Pero lo que más me emociona es compartir con ustedes mi historia de amor. ¡Mi pareja es mi médico internista! El mismo que me empezó a atender en 2009. Me hace muy feliz, me acepta con mi enfermedad y, sobre todo, aparte de que lo amo con todo mi corazón, pues ¡tengo mi propio medico especialista en casa!
No cabe duda que la vida da muchas vueltas. Ánimo chic@s, lo que cuenta es la actitud con la nos enfrentemos a esto.