Hoy estoy contando mi historia por algo que yo llamo ‘milagro divino’, pues los doctores me dieron por muerto. Estuve a punto de morir por haber abandonado mi trataminento antirretroviral; eso pasó hace tres años. En este momento, estoy lleno del amor de mi familia, amigos y compañeros de trabajo. Mi decisión fue muy clara: por nada ni nadie en el mundo volvería a desistir de tomar mis medicamentos.
Actualmente estudio, y lo que más amo de mi nueva vida -y de lo cual me siento muy orgulloso- es de mi trabajo. Bueno, mi trabajo es en una ONG que ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas que viven con VIH. Ahora me encuentro feliz y enamorado de la vida.
Antes de terminar, quiero regalarles dos consejo que la vida me regalo a mí:
1. Por nada del mundo abandonen su tratamiento, recuerden que del mismo depende su bienestar.
2. Siempre y en todas sus relaciones usen el condón, recuerden que es el único método que los proteje del VIH.
Por una generación que encuentre la cura del VIH.
Para todos, mis bendiciones.