Tengo enojo, miedo conmigo mismo y, sobre todo, temor a que la persona con la que salgo lo tenga. Temo más por su vida que por la mía.
Me siento frustrado enojado, no he dormido bien, ansiedad… Esperaba que fuera un mal sueño, pero no. Aún no lo acepto o no sé, no lo creo. Solo sé que ya nada es igual, tantos planes y metas… Siento que todo se fue a la basura.
No sé de dónde tomar fuerzas. Soy cristiano y eso me golpea más porque sé que es resultado de mis malas decisiones, pero… no sé, no es justo.
Estoy en un punto donde no sé qué hacer. Quisiera dormir y no despertar. He pensado en lo impensable, terminar con esto. Pero me digo: “No, tranquilo”. No es fácil.
No se lo he dicho a nadie más que mi pareja y se hará los análisis. Temo más que ese amor se vuelva odio. Me he dicho que solo me voy a quedar. Me siento perdido sin ánimos de nada.
Quisiera que fuera mentira.