Para la última visita me atreví a decirle que quería hacerme la prueba del VIH, ya que la última persona que estuvo conmigo se la hizo y salió negativo, aunque sus pruebas apenas fueron hechas luego de un mes de tener contacto. No fue un contacto del todo pero si recibió la infección que tuve en ese momento espero no se le haya pegado más nada…
Es entonces cuando me hago las pruebas, ya que antes de ese último chico estuve con otro y sí fue un contacto total. Luego noté que se había alejado un poco y me dice que fue al médico y tenía una infección… Algo me decía que las cosas no andan bien, me hago las pruebas de infección, bacterianas y todo sale bien, pero la de VIH tuve que buscarla en persona. Los nervios y la preocupación me estaban volviendo loco, es cuando entonces voy al laboratorio y mis pruebas indican que presento los anticuerpos del VIH.
Sentí que mi mundo se caía. A pesar de todos mis esfuerzos no pude aguantar las lágrimas y preguntarme “¿por qué yo?”. Pasé días sin comer y solo mi mejor amigo sabía lo que me pasaba. Sin embargo, necesitaba contarle esto a alguien más, alguien en las mismas condiciones que yo. Así comencé a leer y es cuando comencé a hablar con un amigo que tiene VIH. Él me orientó y me indicó hacerme algunas pruebas para saber la carga viral.
No sé si es posible saber desde cuándo es portador del virus, pero cuando nos enteramos la vida da un giro de 180 grados. Me siento diferente a todo el mundo. Aunque he oído palabras de aliento y estoy comiendo un poco más regular, mis pensamientos giran en torno a qué será de mi dentro de 10 años, siento un dolor muy fuerte en el pecho y no el hecho de no poder dar vuelta atrás y corregir mis errores también duele.
A todas aquellas personas con VIH, solo nos queda seguir adelante, dar gracias a Dios de que vivimos en un momento en que el virus puede ser controlado con retrovirales si llevamos un tratamiento al pie de la letra, porque en otros tiempos no era así.
Yo iré al médico para saber mi condición y qué tan avanzado está. Pero de verdad es un secreto que cuesta llevarlo muy dentro de nuestro ser. He tratado de ser fuerte y asumir mi error.
Gracias a las personas que me lean, espero oír sus comentarios y oír palabras de aliento de aquellas que llevan viviendo mucho tiempo con el virus. Sé que es posible vivir con el virus una vida normal, pero cuesta asumirlo.