Él bebía mucho y salía mucho, mientras yo trabajaba. Lo que me dolió fue enterarme de que estaba con otras personas sin protección.
Después de 3 años decidí dejar de sufrir y dejarlo, apartarlo de mi vida. Sin embargo, al cabo de 2 años yo empecé a bajar de peso y a tener mareos. Como tenía mis dudas le pedí a mi médico que me diera la autorización para el examen del VIH y a partir de ese momento cambió mi vida.
Me he sentido como un ser de otro mundo. Aunque hoy en día tengo carga viral indetectable, no encuentro personas que quieran tener algo serio. Me siento solo. Pero nunca pierdo la esperanza.