Mi vida fue siempre muy solitaria, vengo de una familia muy convencional por lo que me toco la peor parte de ser gay: bullying, inseguridad, angustia, avergonzarme de mi mismo… Era esa la vida que en aquella época se vivía en un país con dictadura y la mayoría del sexo casual que tenía era más bien por sentirme en los brazos de alguien con la sensación de que le importaba más que un deseo sexual. Sin embargo la sombra del VIH, como para cualquiera, era un terror constante en aquella época de tan poca información.
Siempre tuve sexo con preservativo y siempre me cuidé. Aun así nunca me hice ni un examen durante 30 años de actividad sexual. El 5 de mayo tuve una relación sexual y por primera vez tuve un “accidente”. El preservativo de mi pareja sexual se había salido y no nos percatamos. Yo lo insulté y lo traté pésimo.
Frente a esas circunstancias y con el riesgo inminente, fui a urgencias a un centro médico para tomar profilaxis postexposición. Me la iban a dar, pero por supuesto me hicieron el test antes de comenzar y ¡sorpresa! Salió positivo al VIH y además, también tenía hepatitis B.
No tengo que explicar lo que sentí y cómo se vino el mundo abajo, como a todos los que han vivido una situación similar. Lo único que se me vino a la mente es cómo poder ocultarlo y que nadie se enterara, por eso exigí confidencialidad en todos lados.
Recién hoy tuve el valor de inscribirme en el plan de salud para iniciar tratamiento. Dios, qué difícil es tener que decirlo en el plan de salud y no poder controlar la privacidad por mucho que te aseguren que así será.
He tratado de vivir más el día a día más que pensar en el futuro, hay veces que me rio (de nervios) otras lloro, otras estoy en el aire y no sé qué hacer si seguir con proyectos como que acá no hubiera pasado nada. No sé en qué terminará todo esto. De hecho ayer me resfrié y estoy con terror.
Lo que sí debo contar es que un mes antes del diagnóstico me dieron todos los síntomas juntos de una infección aguda, por lo que podría suponer que fui infectado hace muy poco tiempo. Y me quiero detener acá: yo siempre tuve sexo con protección, jamás sin condón. Soy la prueba de que los preservativos no son 100% seguros. Mi consejo es que traten de evitar tanto sexo casual: 2 de 3 veces son innecesarias y recuerden que muchas de las personas con VIH lo niega o simplemente no lo sabe.
En general las personas no son honestas sobre su condición, ya no puedo volver el tiempo atrás. Lo único que me da una tranquilidad es el hecho que los tratamientos hoy son muy efectivos y permiten llevar una vida casi normal y probablemente seré parte de la era en que se encontrara cura definitiva (si las farmacéuticas lo permiten claro).
Si alguien me lee y es seronegativo: nunca le crean al que también les dice que es negativo. Ya estoy resignado, ya no puedo cambiar nada. No me he sentido bien, a veces me falta respiración. No sé si es algo físico o psíquico pero ya está. Ojalá mi testimonio sirva a alguien.
Para terminar, al chico al que traté muy mal porque se había salido el preservativo le escribí el mismo día diciéndole que por su seguridad fuera a urgencia y tomara urgentemente profilaxis postexposición como también la estaba tomando yo. No me atreví a decirle que era seropositivo pero me sentí tranquilo de advertirle lo que tenía que hacer oportunamente.
No me llamo Javier, es el nombre que usaba en mi juventud como alter ego cuando conocía gais.