Soy latino y me sucedió estando en España. Estuve casado fielmente con mi esposa 13 años y tuve un hijo. Llegado a este punto, quise dedicarme a llevar una vida gay, que es la que me gusta, y no tomé las debidas precauciones. Pensaba que estaba sano.
En julio de 2008 conocí a un chico genial y practicamos sexo sin preservativo, porque pensaba que estaba bien de salud. Él sí lo estaba: se había hecho la prueba del VIH. A los seis meses me la hice yo y di positivo.
Qué chasco. Los dos sufrimos mucho; él más, con 22 años. Pensé, y también él, que se había infectado, pero no fue así, gracias a Dios. Quizá porque mi carga viral era nula o muy baja, no lo sabemos. La cuestión es que ya me ha dejado, puesto que, pese a tomar precauciones, él tenía mucho miedo. Lo comprendo.
He perdido al amor de mi vida por mi cabeza, pero ya es tarde. Es muy joven y quiero que siga adelante con una persona sana.
¿Qué me queda? Compartir mi vida con una persona seropositiva y que sea capaz de quererme.
Un fuerte abrazo.