Llevo más de veinte años coinfectada y, en este largo camino de espera, nunca imaginé que llegaría tan lejos.
Tengo cuarenta y seis años y muchas vivencias que contar sobre estos virus y sus difíciles enseñanzas.
Mi más sincera enhorabuena por vuestra labor, pues gracias a esta revista podemos seguir mirando al futuro con esperanza.
¿Cómo podíamos imaginar, hace dos décadas, cuando el miedo y la ausencia se hacían fuertes para eliminarnos, que algún día, en algún lugar y gracias al trabajo de personas como vosotros, esta bonita frase, "Envejecer con VIH", nos ayudaría a no rendirnos y a levantarnos cada día con los mismos deseos de entonces para seguir batallando por el futuro que aún nos aguarda?
La literatura y la escritura son mi forma de trabajar para hacer frente a los buenos y malos momentos que me ha provocado, a lo largo de estos veintitrés años, el VIH.
Os sugiero, como forma de autoayuda para todos los que quieran descargar sus emociones, crear un apartado literario dentro de la revista.