De tantos exámenes que le realizaron, la última opción fue hacerle la prueba del VIH. Y dio positivo. El mundo se me vino encima, no me lo podía creer. Mi bebé murió a los cuatro meses de edad. Mi vida cambió totalmente, hasta el punto de que mi matrimonio casi se acaba. Después de un año de lo sucedido, tuve otra hija, pero esta vez bajo tratamiento. Gracias a Dios, salió seronegativa y está sana.
Bueno, al pasar el tiempo me divorcié. Luego, conocí a un hombre maravilloso y que no tenía VIH. Él no sabía que yo era seropositiva. Como vi que era un hombre bondadoso y con buenos sentimientos, me arriesgué y le expliqué mi situación. Él lloró y se sintió traicionado porque no se lo había contado antes. Se lo traté de explicar, pero me dijo que era un cobarde y que no podía afrontar mi enfermedad. Creía que yo moriría rápido y no lo soportaría, y como tenía una hija de una anterior relación, le daba miedo que le pasara algo a él y que tuviera que dejarla.
Le expliqué que era seropositiva y lo de los tratamientos, pero no me comprende. Él dice que a quién puede preguntar, que le aconsejen sobre qué hacer y cómo debe tratarme para que yo no me sienta mal.
Estoy destrozada. Es tan difícil que las personas entiendan la realidad del VIH… Por qué la vida será tan dura… Él era mi amor y ahora estoy sola. ¿Qué hago?
Por favor, me siento deprimida, necesito un buen consejo. Auxilio.
Chao.