En esa oportunidad me acompañó mi novio de ese entonces. Cuando la doctora me mandó realizar una serie de exámenes de sangre, entre ellos el de VIH, no puedo explicar la sensación tan rara que sentí al ver la orden para ese examen.
Al día siguiente acudí al laboratorio para realizarme dichos exámenes y cuando fui a retirarlos a la tarde, la enfermera se quedó observándome y me dijo que algo había salido mal y que había que tomarme la muestra de nuevo.
En ese momento fue de nuevo mi ex-novio conmigo y al montarnos en su carro me llevó hasta el sitio donde me pidió para ser novios un año atrás y se estacionó y me dijo entre lágrimas que tenía algo que decirme.
En ese momento sentí que me faltaba el aire y me dijo que era seropositivo. En ese momento sentí que mi vida se había terminado. Lloré mucho y me sentí que no valía nada.
Tomé la decisión de terminar con él ya que lo llegué a odiar en ese momento. Luego pasé 6 meses sin acudir al hospital a ponerme en control para eso.
Desde ese entonces el camino no ha sido nada fácil, pero sé que vale la pena vivir día a día. Dios ha puesto ángeles maravillosos en mi vida que me han ayudado en este camino de espinas, entre ellos mis 3 amigas heteros que jamás me han juzgado y que siempre me apoyan, a mi doctora tratante y a su secretaria, que me han ayudado tanto a combatir la tristeza que venía arrastrando, ya que mi familia no lo sabe y tampoco tengo intención de decírselo, ya que sería peor para ellos que para mí mismo.
Actualmente me encuentro trabajando en mi profesión (educador), llevo una vida normal, pero con ciertos límites y sin prohibirme muchas cosas. Soltero, ya que no es fácil llevar una relación con esta condición… una vez intenté llevar una relación con alguien y no pude continuarla por el miedo.
