Fueron los 5 minutos más largos de mi vida y al ver la prueba sentí que mi mundo se venía abajo. Mi primera reacción fue levantarme de la silla y mirar por la ventana la calle.
Mientras la asesora sacaba una segunda prueba para confirmar la primera, al pasar los siguientes 5 minutos y ver que salió de nuevo positiva me derrumbé y empecé a llorar y me quede mudo. De inmediato me mandó a una clínica especializada para confirmar lo ya sabido.
Mi cita era al otro día y ese tiempo se me hizo eterno sin poder comer ni dormir y llorando. Al siguiente día, aún temblando, asistí a la cita y a los 8 días me entregaron mi confirmatorio.
Me atendí de inmediato y tuve un mal comienzo con la terapia pues el primer tratamiento me sacó alergia y estuve a poco de que me internaran. Por suerte solo requerí de un cambio de tratamiento, y ahora he aprendido a valorar mi vida y a hacerlo mejor.