Feliz de la vida fui a hacerme los controles y entonces me hacen el del VIH y sale positivo. En el laboratorio lo repiten varias veces y siempre sale positivo. Bueno, me mandan hacer el confirmativo.
Cuando la doctora me dio el primer resultado entré en shock. Mi mente quedó en blanco y no entendía nada en ese momento. Todos me hablaban que me quedara tranquila, que todo iba salir bien, que con los tratamientos el bebé iba estar bien y yo los escuchaba a lo lejos, con mi mente en blanco.
Cuando llegué a mi casa me largué a llorar. En eso llega mi pareja de trabajo y no sabía qué decirle. Estaba tan ahogada… Hasta que se lo dije y él no lo podía creer. Esto nos derrumbó todo lo que teníamos planeado para el embarazo.
Mi pareja empezó a alejarse. A mí lo que más me preocupaba era el bebé. Él no quería hacerse la prueba y yo enseguida empecé con el tratamiento.
Esto empezó todo a fines de enero de 2016. En junio él se hace la prueba y le da positivo. Él no lo quiere asimilar y a los días me deja sola con todo.
Estuve en un pozo depresivo y lo único que me sacó adelante fue mi hijo de 7 años y el niño que cargaba en mi vientre. No fue fácil pero hoy estoy feliz porque mi niño nació sin el VIH y es un gordo hermoso.
He salido adelante gracias al apoyo de mi familia, del cuerpo médico que estuvieron en todo momento –y siguen estando- y he aprendido que no hay que rendirse, que la vida continua, que hay que aprender a vivir siendo positivo y cuidarse para hacer una vida normal.
Espero que les sirva mi historia. Los saludo desde Uruguay.