Si mis padres hubieran estado más pendientes de mí, aconsejándome cuando conocía a una persona, sería otra historia. Jamás pensé que el hecho de buscar personas era lo que me haría más daño. Hoy sé que esta enfermedad [el VIH] llegó a mí para que aprendiera a cuidarme y quererme más.
Es muy difícil dejar de quererte, decir no porque no traes condón cuando te bajan el sol y las estrellas. Jamás pensé que el hecho de conocer a alguien tendría estas consecuencias. Hoy mi vida no depende del amor de nadie, depende de quererme y alcanzar mis sueños. Es raro cuando una persona, sin importar tu condición, llega en un momento que no esperas de la vida.
Hoy he decidido irme de mi casa para cambiar hábitos y costumbres de mi familia que afectan mi salud. El hecho de tener buena alimentación es una prioridad. Encontrar una persona no lo es, sino vivir con responsabilidad mi vida y hacer lo que más amo.
La enfermedad me hizo madurar y entender muchas cosas. Espero seguir aprendiendo.