Semanas después, yo desarrollé lo que actualmente reconozco (tras un ejercicio mental) fue una rinofaringitis, con un máximo de 37,8 ºC de temperatura axilar, dolor y ligero agrandamiento del ganglio linfático amigdalino derecho, ronchas en el abdomen y diarrea de un día. ¡Consideré que tenía VIH!
Desde entonces hasta el día de hoy a las 14.00h mi vida ha sido terrible: neurosis, hipertensión, episodios de depresión, colon irritable, etc. Es más, el miedo me inhibió de mantener relaciones sexuales extramatrimoniales, ya que solo con mi esposa podía lograr una erección, cosa que espero ahora continúe.
Ustedes se preguntarán, ¿por qué no se hizo la prueba tiempo atrás? La respuesta es: ¡por estúpido y cobarde! La verdad, amigos seropositivos, mis más altos respetos para ustedes. El querer seguir viviendo los hace las personas más valientes, unos guerreros de la vida. Porque, a pesar del resultado negativo, desde hace dos años he vivido con la zozobra del VIH y, de veras, es muy dura la experiencia.
Que Dios les bendiga.