Los únicos que lo saben son mis papás, nadie más. Hay días que quiero gritarle al mundo lo que cargo dentro de mí, pero sabiendo cómo es la gente, no lo hago. Me alegro mucho porque tengo otra oportunidad de vivir, eso me hace cada día más fuerte, aunque luego la depre me saca de onda. Hay que echarle ganas y no decaer, porque con el medicamento me he sentido bien.
Lo único que les digo es que la vida sigue y nosotros con ella. Tomemos los antirretrovirales para tener un tiempo más de vida.