Hace poco, empecé tratamiento sólo de modo preventivo. Me siento muy bien de salud; desde el primer día, conté con el apoyo de mi familia.
Del padre de mi hija me alejé enseguida, porque fue muy dañino al transmitirme la infección y no decirme nada aun sabiendo su estado…
Mi experiencia ha sido muy dura, porque veinte años no es poco, pero, a pesar de los sinsabores, acá estoy bendecida por Dios y fortalecida.
Quiero que me escriban para intercambiar experiencias. Es bueno y me hará muy bien, porque en la ciudad donde vivo no puedo seguir la terapia, ya que el secreto profesional no existe.
Les mando un beso grande.