Soy bisexual y sexualmente poco activo y sumamente responsable con el cuidado de mi salud. Y aun así, después de cualquier acto sexual protegido por profilaxis me siento sumamente culpable.
Durante el día me empapo en culpa y náuseas. Mi apetito va y viene. Sucumbo a internet para ver si algún pequeño desliz que tuve me lleva a la infección. Pero la información es extraña, no está unificada y depende de dónde la busques.
Tengo 18 años y en mi país (Argentina) desde que soy pequeño se habla sobre el VIH/sida. Pero no se habla sobre los cuidados que se deben tener con el sexo oral, las lastimaduras en las manos o de otras enfermedades venéreas, entre otras variables. Miento, se habla, pero muy por encima.
Y son estas lagunas las que a algunos, como yo, nos llevan al desgoce de la sexualidad y el miedo indiscriminado hacia todxs.
En estas últimas semanas he caído en una profunda depresión que me llevó al consultorio del doctor y a un análisis de sangre para descartar cualquier duda. Pero era seguro que no podría haberme infectado de nada, pero nunca se sabe. He muerto una vez más cuando tuve que esperar a buscar los resultados. Pero he resucitado al ver el "no reactivo".
No estoy tratando de enrostrarles mis resultados a las personas con el VIH. Estoy tratando de embravecer a aquellos que no se animan a hacerse los análisis. Háganlo, el pánico no se va a menos que lo hagan. No querer ver es lo peor. Abran sus ojos. Duele despegarlos, pero la satisfacción de observar una vez por todas, es impagable.
Necesitamos que todos los países del mundo brinden educación sexual de calidad, necesitamos urgentemente que el sexo sea tan normal como comer o dormir. Necesitamos información, buena, eficaz y accesible.
Hoy la gente continúa pensando que el VIH/sida es lo más peligroso, que es de lo único que hay que escapar. Pero hay decenas de enfermedades más. Que el sexo anal es lo único que transmite la infección. Que el sexo oral sin preservativo es la única manera en la que puede ser dado. Que si existen o no los preservativos femeninos (y dónde se encuentran). Entre otros olvidos.
Me he infectado por el VIH incontables veces, pero por fin me he animado a hacerme los análisis. Si yo he podido tener el coraje de enfrentarme al miedo, creo que todos podemos hacerlo. Al fin y al cabo todos debemos hacerlo. Es mejor agarrar las cosas con tiempo, que esperar a que ellas nos agarren por el cuello a nosotros.
Como dice Syrio Forell de Juego de tronos: "El hombre que le teme a la derrota ya ha sido derrotado. El miedo hiere más que las espadas".
Atentamente, Dorian.