Han pasado 21 días desde el diagnóstico inicial. Ha sido difícil, claro. Lloré, lloré y lloré como nunca. Trato de ignorar el virus, pero cómo hacerlo.
Tengo miedo, tenía tantos planes, tanto que hacer… Ya lo estoy superando un poco pero aun así tengo miedo, me cuesta aceptar mi realidad.
Lo único que me alienta es saber que hay personas que conviven con el virus desde hace años.
Cuando alguna mujer me hace algún gesto coqueto me digo: “Si supiera que tengo el VIH de seguro ni me voltearía a ver”.
Se lo conté a algunos amigos y me apoyaron, pero es horrible esta necesidad de decir “tengo el virus” sin ser discriminado.
Qué difícil, ¿no? Todo por pensar que esto no me pasaría. Si no tienen el virus tengan cuidado. Esto es real, esto le pasa a cualquiera.
Espero poder cumplir mis sueños, ya me cansé de estar triste. ¡Espero (y sé) que todo mejorara! ¡Debo confiar!