Si bien el año anterior me había sentido muy agotada lo atribuí al estrés laboral y obligaciones familiares, nunca imaginé que algo así podía pasarme.
Empecé el tratamiento estando embarazada y, a pesar de todos los cuidados, el bebé nació muy prematuro y luego falleció. Hoy estoy desde hace unos meses con carga viral de 34 y mis defensas están subiendo de a poco.
Decidí compartir mi historia porque al leer las suyas siento que compartimos el mismo dolor por vivir con esta enfermedad. Si bien algunas personas ya lo tienen más asumido y han aprendido a vivir con todo lo que acarrea esta enfermedad, yo estoy tratando de sobreponerme y sacar fuerzas que no sabía que tenía para poder tener una vida plena y feliz por mi familia y por mí.
No es fácil, duele y hay días de mucha bronca e impotencia y leer otras historias me ayuda a no sentirme tan sola en esta lucha.