A los tres días de su vuelta, en la cama, me confesó que había recibido un mensaje por Facebook de un chico con el que había estado poco antes de conocerme en que le informaba de que debería hacerse la prueba del VIH. Fue el día siguiente a hacérsela y el resultado fue positivo. Su primera decisión fue irse de casa ese domingo. Yo respeté todas sus decisiones, incluso le ayudé a mudarse. Su otra decisión fue llevar una vida disoluta, dedicándose sólo a beber alcohol, lo cual respeto pero no comparto. Esto me hizo alejarme de él, ya que, en ese sentido, no podría prestarle ninguna ayuda, a menos que él la quisiera.
Francamente les digo que, para mí, él es mi razón de vivir, y fue un duro golpe el que me apartara de su vida. Soy seronegativo y no me importa nada que sea seropositivo, únicamente quiero estar a su lado y ayudarle y ayudarnos a superar esto; ojalá que con el tiempo se dé cuenta de que el estar juntos no va a suponer hacerme ningún daño como él cree.
Poco a poco, parece que va aceptando su nueva realidad; de hecho, mañana tengo que acompañarle a ver los resultados de su carga viral. Él sabe que yo estoy y estaré a su lado siempre, que jamás le abandonaré a menos que me pida que me vaya. Aunque sé que me ama, no se atreve a seguir conmigo. Espero que se vaya dando cuenta de que él no representa ningún peligro para mí.
Además, creo que, en cierta manera, Dios me ha escogido a mí para estar a su lado y para acompañarnos mutuamente en este hermoso camino llamado vida.
Espero que este testimonio sirva para aquellas parejas con algún miembro seropositivo o ambos que piensan que deben salir huyendo. Si amas a tu pareja, debes estar a su lado, y si él te ama, de entrada te rechazará (por ser seropositivo) para no hacerte daño, pero el tiempo hará prevalecer el amor.
Saludos y que Dios les bendiga.