Tengo 25 años y soy de España. Desde niño me aterraba la idea del VIH. Pensar en tenerlo me aterraba. Recuerdo que una vez tuve una herida en un balneario y me puse muy nervioso por el hecho de poner contraerlo en un balneario. Tendría 11 o 12 años, ¡qué ingenuo era!
Siempre me dio mucho miedo y respeto el virus. Creo que, de hecho, debería dar más respeto que miedo. Hay miles de millones de virus y enfermedades que deberíamos respetar y tratar de vivir la vida día a día sin agobios y con calma. Yo no era así, vivía con estrés, sin parar ni un momento.
Por otro lado, durante mis años "mozos" (de los 16 a los 22 años, más o menos) no fui sexualmente activo. Por un lado creía que no sabría manejar la situación, que debería esperar, aprender a cuidarme y después sabría protegerme contra las enfermedades existentes.
Pasaron los años y conocí un hombre (soy homosexual). La verdad es que me encantó (y me encanta) y empezamos una relación. Estos miedos en lo relativo al VIH desaparecieron. Yo pensaba que al no tener una vida promiscua y utilizar siempre preservativos no tendría ningún problema, pero parece ser que estaba equivocado.
En enero de 2017 me hice una analítica rutinaria, como suelo hacer cada dos años o dos años y pico. La verdad es que para estar seguro decidí realizar las pruebas serológicas por realizar. No había estado enfermo, me encontraba bien y no me preocupaba. Tal y como imaginaba era seronegativo. Mi pareja se había realizado la prueba medio año antes de conocerme de forma que tampoco pensaba que pudiese estar infectado.
Recuerdo el día que salí con esos resultados y pensar… "Ahora es poco posible que me infecte, con pareja estable y con protección… es difícil".
Pues bueno, en mayo me empecé a encontrar mal. Y espero que esta parte de la historia ayude a gente que lo sea para reconocer los síntomas. Empecé una semana con muchos mocos, muy taponado y pensé que me había resfriado como me ocurre a menudo.
Sin embargo, una vez se me fueron los mocos se me inflamaron los ganglios de la nuca (y dolían), tuve febrícula (37,5-37,6), dolor de estómago y diría que una breve diarrea junto con unas pocas ronchas en el cuerpo (pocas)
Una vez pasaron los síntomas tuve problemas de piel. Me salían como unas bolas en los brazos y piernas que me picaban horrores durante una semana y media.
Después de un par de semanas todo volvió a la normalidad, o casi. Mis ganglios quedaron inflamados (y algo me dice que va a ser de por vida).
La verdad es que coincidió en una época mala y, como tenía que acabar mis estudios, decidí a esperar un poco de tiempo para realizarme la prueba (un tiempo prudencial). He de decir que los médicos casi me aseguraban que no era el VIH y no querían hacerme la prueba.
Finalmente, me hice la prueba con un resultado positivo el día 6 de octubre. La confirmación fue el día 17 de octubre.
Aquí el seguimiento no lo realiza el médico de cabecera, es necesario que lo realice el especialista y me mantengo a la espera de que me llame.
La última analítica, según mi doctora es normal. Hasta donde ella puede ver tengo una analítica con las defensas al máximo, pero el conteo debe realizarlo un especialista.
Así que me mantengo a la espera de ver como es el futuro. Por suerte, creo y deseo que haya cogido el virus con tiempo (y mi pareja también) para poder llevar una vida normal que afecte lo mínimo posible a mi trabajo.
Es posible que esta sea la causa de mi muerte, también es posible que en 15-20 años haya una cura para ayudar a tanta gente enferma y seguro que alguna está mucho peor que yo.
Realmente me encuentro animado y con ganas de vivir. Ya he perdido parte de esa necedad de decir que esto no me pasaría, que yo no jugaba con fuego. En realidad me estuvo bien, pero ahora al menos tengo una excusa para tomarme la vida con más calma.
Muchas gracias por leer el rollo este.
Un saludo.